sábado, 8 de noviembre de 2014

4.6. Sistemas electrónicos de débito y prepago.

TARJETAS BANCARIAS

·                     En el mercado español hay una gran variedad de tarjetas (de débito, de crédito, monedero, comerciales...) con distintos nombres (Visa, Mastercard...) y funcionalidades. Y dentro de cada una hay además categorías (normal, clásica, plata, oro, platinum...), en función de los servicios que ofrecen.


Sistemas prepago

Al utilizar sistemas prepago, la transacción real se realiza antes de los pagos. El cliente adquiere un medio (tarjeta de prepago, cuenta virtual) que le da el derecho a realizar compras. Así queda garantizado que posee realmente el dinero necesario, y no es necesario realizar controles de liquidez a la hora de la compra, lo que abarata los costos de las transacciones de micropago realizadas a través de éste sistema.
Se distinguen los siguientes sistemas:
·         Dinero electrónico (eCash): Según la definición de la Unión Europea se trata de sistemas de pago que pueden ser utilizados para pagos no relacionados con la empresa que provee el sistema. Es decir, quedan afuera de la definición sistemas como las tarjetas o los certificados de regalo (gift card) o las tarjetas telefónicas. El cliente puede usarlo prácticamente como dinero en efectivo. La mayoría de los sistemas trabajan con tarjetas recargables («smart cards»), y pueden ser utilizados también en el comercio común (no electrónico), mientras que otros están basados en software.
·         Sistemas de puntos y descuentos: Aquí, los comerciantes pagan al proveedor del sistema una cierta cantidad de dinero que equivale a «puntos» que son transferidos a los clientes en sus compras, los cuales pueden utilizarlos para realizar pagos de manera completa o conseguir descuentos, dependiendo de la cantidad de puntos. Estos sistemas generalmente se limitan a una sola empresa (sobre todo, de comercio, como cadenas de supermercados).
·         Cuentas virtuales: En este caso el cliente adquiere un monto de dinero virtual, que puede utilizar para pagos de distintos servicios, muchas veces limitados a una sola empresa. El ejemplo más común son el de las tarjetas telefónicas (de telefonía fija o celular), en las cuales el cliente, a través de un código que se encuentra de forma oculta en la misma tarjeta, accede a una cuenta con un monto fijo que puede utilizar.
·         Sistemas eMetal: Funcionan de manera similar al sistema eCash, pero en vez de obtener una cuenta virtual en alguna divisa, se obtiene un monto de algún metal precioso, como oro (eGold).

Las tarjetas de débito son las que sirven para utilizar los fondos depositados en la cuenta corriente o de ahorro a la que está asociada. Por eso, si eres titular de una tarjeta de débito, deberás ser también titular de la cuenta.

En un principio, las tarjetas de débito sólo podían utilizarse para sacar dinero en oficinas y cajeros automáticos, así como para consultar saldos y movimientos de la cuenta.

En la actualidad, también pueden emplearse para realizar pagos en comercios. En ambos casos, la operación se registra instantáneamente en tu cuenta, y esa es la principal diferencia con las tarjetas de crédito.

Si realizas un pago o retiras dinero en efectivo con tu tarjeta de débito, la operación se registra simultáneamente en la cuenta asociada, por lo que debes preocuparte de tener dinero suficiente en ella.

Si no hay fondos, la entidad bancaria, si así lo decide, podría anticiparte la cantidad necesaria para realizar el pago, pero debes saber que en ese caso se producirá un descubierto en cuenta y tendrás que devolver el anticipo y abonar los correspondientes intereses, comisiones y gastos.

El límite lógico de una tarjeta de débito es el dinero que tenga la cuenta asociada. Sin embargo, es muy común que por razones de seguridad, las entidades, de acuerdo con su cliente fijen un límite diario, sobre todo para la retirada de fondos de los cajeros automáticos.

Tarjetas de crédito

La tarjeta de crédito permite disponer de una cuenta de crédito, facilitada por la entidad que la emite, lo que quiere decir que si eres titular de una tarjeta de estas características puede hacer pagos u obtener dinero, hasta cierto límite, sin necesidad de tener fondos en la cuenta bancaria en ese mismo momento. A cambio, tienes que devolver el dinero que has utilizado en los plazos previstos. Ésa es la principal diferencia con las tarjetas de débito.

Pero no todas las tarjetas de crédito son emitidas por una entidad de crédito. Existen también algunas que son emitidas por empresas que no son entidades de crédito y, por tanto, no están sujetas a supervisión del Banco de España.

Muchas entidades bancarias las ofrecen sin necesidad de tener una cuenta corriente abierta en ellas y después te giran los recibos correspondientes a la cuenta corriente y entidad que indiques. En el caso de las emitidas por los establecimientos financieros de crédito será siempre así, ya que no pueden abrir cuentas corrientes al público.

Sin embargo no puedes olvidar que utilizar una tarjeta de crédito tiene las mismas consecuencias que disponer de cualquier crédito o modalidad de financiación. Por lo tanto, debes ser consciente de tu obligación de devolver el dinero y de pagar los intereses.

Las entidades suelen fijar un límite de crédito máximo para cada categoría de tarjeta, pero ese límite puede ser modificado. Además, las entidades pueden ajustarlo, atendiendo a su política de riesgos y a las características personales y de solvencia económica de cada cliente, notificándolo al mismo. También puedes solicitar cambiar el límite de crédito: si lo quieres bajar, la entidad no te pondrá pegas, pero si lo quieres subir, necesitarás su autorización.

El límite de crédito significa que la entidad no atenderá pagos por encima de la cifra fijada, sin embargo, podría aceptar que superes el límite. En ese caso, surgen los denominados "excedidos en cuenta", que deberás devolver junto a los intereses y comisiones que han de estar previstos en el contrato de la tarjeta.

Tarjetas monedero

Derechos de las personas usuarias de las tarjetas bancarias

·                     La contratación de una tarjeta implica una serie de derechos:
- Usar la tarjeta para pagar la compra de bienes y servicios, así como para retirar dinero en efectivo en cajeros y en las ventanillas de las entidades, en los términos contratados.
- Recibir una copia del contrato.
- Recibir los documentos de liquidación.
- Ser informado previa y personalmente de las modificaciones.
- A no renovar o a desistir del contrato unilateralmente en cualquier momento, de acuerdo con los pactos recogidos en el mismo.
·                     Y una serie de obligaciones:
- Pagar puntualmente las comisiones bancarias y, si se trata de una tarjeta de crédito, los intereses pactados.
- Devolver los fondos utilizados en la forma pactada.
- Informar a la entidad de crédito sobre sus circunstancias económicas y personales (la información correcta es necesaria para que la entidad analice el riesgo de la operación antes de autorizarla).
- Te comprometes, si así lo hubieses pactado, a comunicar cambios de domicilio, estado civil, régimen económico del matrimonio y otras circunstancias personales y financieras.
- Custodiar debidamente el P.I.N.

La seguridad y la protección en el uso de las tarjetas de crédito y débito son elementos que debes tener muy en cuenta. En el portal Finanzas para todos del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores tienes información al respecto.

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